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miércoles, 29 de febrero de 2012

Adiós número 1. SMS.

Gracias por cumplir tu gran promesa... Por dejarme como gilipollas y por hacerme ver como eres de verdad aunque haya sido tarde... Ah por cierto no me has mandado a la mierda, me has dejado hecho una. Al contrario que tu, te deseo lo mejor... Hasta siempre.

Ilusiones perdidas.

Hubiese preferido haberme hecho ilusiones yo mismo antes que tú me hubieses inundado de ellas. Mis ilusiones podrían haber desaparecido cuando yo quisiera, ya que son mías. Son producto de tus palabras, frases y promesas. El problema empieza cuando tú juegas ellas como si se tratase de una pelota.  Mañanas, tardes y noches hablando con una pantalla. Al parecer las ilusiones fueron creadas por una máquina y no por la persona con sentimientos reales que yo creía que había tras esa pantalla. Ella envió esas ilusiones y lo que venía con ellas a la papelera de reciclaje. Con el paso de los días, cuando me veo solo o sin hacer nada, sin pensamientos ni ocupaciones, siempre surge esa palabra que mata por dentro. Aquella palabra que me gusta tanto para otras, pero para ti no. Esa palabra llamada amistad. Me conformaré en que comparte las dos primeras letras de mi objetivo. Al fin y al cabo, desde aquí hago un llamamiento para aquella persona que encuentre a mis ilusiones o esperanzas tiradas en el suelo o perdidas, que no las devuelva. Gracias.

martes, 28 de febrero de 2012

¿Pasar de página o cambiar de libro?

Por esos momentos en los que piensas en irte, dejar todo. Pero de repente piensas en que tu no tienes la culpa y la que debe de irse es ella. Por esos momentos en los que las canciones funcionan como psicólogos y piensas  más que nunca.  Por esos momentos, o más bien por aquellas personas que cambian esos momentos, y te hacen cambiar involuntariamente tu filosofía llegando a odiar personas que quieres. Porque gracias a estos momentos, en los que cuando son malos, solo te hacen falta tú música y tus amigos, por eso doy gracias por hacerme pasar malos momentos por las consecuencias que traen y por hacerme valorarme más.
Por estos momentos, me haces pensar en cambiar de libro en vez de pasar de página porque me demostraste que por muchas páginas que pase siempre encuentro el mismo texto y las mismas historias de siempre. Bah, te veo mejor en la estantería.
A diferencia tuya prefiero ser un niño y jugar con aviones de papel, a ser tú jugando con el corazón de aquellos a los que le importas. Felicidades. Terrorista sentimental.

http://www.youtube.com/watch?v=N6O2ncUKvlg&ob=av3n

SMS de despedida.

Decirte para terminar que no creo que todo cambie en menos de 24 horas, tu sabrás, ya me jodiste dos veces y no habrá nunca más una tercera. Por lo que fuiste y eres mucha suerte en todo. Adiós.

Veinticuatro horas.

Parece ser que el ser humano tiene la capacidad de cambiar todo, dar un giro de 360 grados a algo en menos de veinticuatro horas. No sé si eres tú o debo de generalizar pero a las pruebas me remito. Noche de viernes a mañana de sábado, no son ni apenas veinticuatro horas, y la mayoría las pasó durmiendo, quizás la almohada influyó en su decisión. Bueno siempre existe el consuelo de que ella se lo pierde, y en este instante me lo tomaré como verdad. Sinceramente, me parece penoso tu concepto de amistad, prometes y desprometes. Por algo no existe la palabra desprometer en el diccionario y me viene subrayado en rojo, porque no existe. No puedes prometer algo si no estás en la certeza, con el cien por cien en la mano de que se cumplirá. Ya no te pienso llamar por tu nombre, y te llamaré decepción. También creo que debo darte las gracias, aprendí varias cosas, como la de no confiar ciegamente en nadie y como la de enseñarme el concepto de gilipollas y darme cuenta de que fui uno. Por mucho que diga que todo está olvidado sería engañarme a mí mismo, porque si no no estaría escribiendo esto.
Solo me arrepiento de no haber estado allí y poder haber evitado que en esa noche del viernes al sábado  haberte impedido dormir. Suerte que aprendí a decir adiós y hasta siempre. Gracias.