Seguidores

domingo, 15 de septiembre de 2013

Efecto mariposa.

Ella es mi mariposa en Japón que provoca una tormenta en Nueva York, pero a lo grande. 
Yo, iluso, con un corazón estructurado, con sus mil corazas dispuestas estratégicamente para que nada ni nadie pudiese rozarlo. Y ella, con sus manías, sus defectos y sus contras, parpadea un par de veces y acaba con todas y cada una de las corazas. Una y mil veces. Sin cansarse. Con sus bailes, sus caderas y sus pros abriéndome en canal, desordenando un poco más el desastre de mi vida. Provocándome tormentas a más de 1000 km de mí. Destrozando el pasado, para cambiar el presente y amoldarnos más a lo que viene. 
Una simple mariposa, una rubia sin pretensiones de frenar, cambiando el rumbo de una vida a la deriva, por una vida a su lado enganchados a la bebida. 
Qué haría Japón sin ti. Qué haría Nueva York sin ti. Qué haría yo sin ti. Estás en todas partes que aparecen por mi mente. Y ojalá te quedes por lo menos esta noche.